¿Aburrido?

Se ha iniciado "la otra" temporada. La del trabajo, las clases, los alumnos, la compañerada. Los nervios. Y también, cómo no, la de los recortes, la de la preocupación por el trabajo...
Pero la motivación para escribir esta entrada viene, una vez más de http://lopezibarrondo.blogspot.com.es/. Vuelve a poner el trapo y no me puedo resistir.
Eurobasket. Aburrimiento. Miedo. Nunca. Rebelión.
Si el baloncesto es reflejo de la sociedad rebelémonos. Pero una sociedad mediocre en la que el talento no abunda no puede dar deportistas talentosos.
Es muy posible que haga mucho tiempo que se dejó de educar (¿se ha educado alguna vez?), que se dejó de aprender por gusto, de leer por gusto, de escribir por gusto. De jugar por gusto.
¿Qué se enseña(mos)? En las aulas, en los patios (en los que cada vez se juega menos a deportes de equipo y más con maquinitas del estilo que sean). ¿Qué se enseña(mos)? A no fracasar. A no perder. No a disfrutar. ¿De dónde van a salir los que nos diviertan?

He pasado muchas horas enredado con el baloncesto en diferentes categorías, en diferentes niveles. He encontrado jugadoras muy jóvenes que no tiraban a canasta porque su entrenador no les "dejaba".
Somos conservadores cuando (creemos que) tenemos algo que perder.
De la misma forma que en las aulas siempre ha habido educadores (pocos casi siempre) más pendientes de educar que de transmitir, en el baloncesto también hay algunos (pocos) que que ya se han rebelado. Que han perdido los miedos. Son los que llegan a ¡80 puntos! No son muchos pero existen. Igual que la novela negra alejada de los best-sellers.
Solo nos queda aplaudirles para ver si cunde el ejemplo. No cundirá porque ya sabemos que el talento no cotiza. No vaya a ser que el personal descubra que se puede ser feliz.
No olvidemos defender un poco para no terminar empatados a 100.

Ya estamos otra vez

Desde el pesimismo y la indignación. ¿Por qué los poderosos son tan chulos? ¿Por qué se han autoadjudicado el poder de decidir sobre la vida de los demás? Sí, ellos deciden cuándo “intervienen”, matan (es lo mismo), “salvan”… IMPUNIDAD.

No seré yo quien defienda al dictador sirio que, por cierto, a estas horas estará ya a buen recaudo. Pero no hace falta ser muy avispado para darse cuenta de que la “intervención” poco o nada tiene que ver con el uso de unas u otras armas. Tampoco con el hecho de que mueran más o menos personas.

El lío que han montado en esa zona del mundo es monumental. Siria es una pieza más del puzzle. Unas piezas manejadas por “alguien” o por los mismos que manejan todas las demás. A veces lo llaman “los mercados”. Otras veces les ponen nombres más reconocibles. Depende de lo que interese en cada momento.

Porque ya sabemos quién pierde (a los perdedores se les llama daños colaterales), ¿sabemos quién gana? ¿Qué interés tiene la zona y para quién? ¿Hay que dar un escarmiento? ¿A quién? ¿Hay alguna facción “buena”? Y sobre todo, ¿qué pasaría si no hubiese ninguna guerra?

En todo esto Rusia y China quedan como los “sensatos”, los “buenos”. En contra de la “intervención” con la boca pequeña. En realidad les da lo mismo siempre y cuando no toquen sus áreas de influencia. Sus negocios que no son menos importantes que los de “los otros”. Son los mismos. Allí también hay “mercados”.

Todos somos daños colaterales. Menos ellos. Son hijos del mismo padre: son hijos de putin.